Sanatorio Santa Elisa 5.42

Documentos históricos y prácticas ancestrales de la cultura china demuestran que varios miles de años atrás, los chinos recurrían al uso del agua con fines terapéuticos, aplicando baños mixtos, agua caliente y fría para el tratamiento de ciertas enfermedades.
En Grecia, donde llegó posteriormente, fue empleada en un principio con fines higiénicos y sanadores, descubrieron su capacidad para bajar la temperatura corporal y su beneficio para algunas afecciones a la piel. Realizaban inmersiones en agua fría para fortalecer los músculos y tonificar el sistema nervioso.

En el imperio romano fue tan grande el estudio que los médicos hicieron sobre las aplicaciones del agua que se dividieron entre los que estaban en contra de esa terapia y los que estaban a favor. Estos últimos se dividieron entre los que preferían el agua fría y los que preferían el agua caliente. Los primeros documento sobre hidroterapia datan de alrededor de los años 400 d.C. correspondientes a escritos del médico romano Aurelius.

Casi 1.000 años más tarde, después de haber casi olvidado estos métodos de purificación y sanación, en Francia se volvió a desarrollar el interés por los baños medicinales y masajes en el agua. En Inglaterra, por los años 1700, Sir Juan Floyer, célebre médico inglés, recopiló toda la información disponible sobre el tema hasta esa fecha y la publicó bajo el nombre “An inquiry into right use of baths”. (Una investigación sobre el correcto uso de los baños)

Hoffman publicó su libro “De aqua medicina universali” por el año 1712, luego en Alemania Segismundo Hahn publicó “Heifkraftdes frischen Wassers” (Poder curativo del agua dulce) en el cual describía todas las enfermedades que podían ser tratadas mediante el método de la hidroterapia. Rusia, Austria, Inglaterra y otras naciones estudiaron, desarrollaron y aplicaron en diversas formas los tratamientos de hidroterapia.

Hacia fines del siglo XIX, el sacerdote Sebastian Kneipp desarrolló un método mediante el cual curaba pacientes con agua fría aplicando compresas junto a la ingestión de infusiones de plantas medicinales. En 1890 fundó un balneario destinado exclusivamente a la curación hidroterapéutica. Escribió muchos libros. Sus obras principales son “Mi cura del agua” (1887) y “Mi Testamento” (1903).
*Hidroterapia y Aguas Termales, Colección sentirse bien, DOS Editores Sep. 2006